El nuevo ejército polaco deseaba recuperar su identidad y propuso, entre otras medidas, la utilidad de un casco de acero que devolviera una imagen propia a sus tropas.

Durante la guerra, tras su corta resistencia en suelo nacional, los polacos habían combatido en ejércitos extranjeros equipados con muy diversos cascos y consideraron que ya era hora de normalizar el ejército nacional. Pero la influencia rusa condicionó el desarrollo de un casco propio y la pertenencia al Pacto de Varsovia limitó aún más las posibilidades de producir un casco original.

A pesar de todo ello se diseñó uno que, reproduciendo la línea del Mº Ssh 40 ruso, conservaba algunos de los rasgos del casco Mº 31, era más alto que el ruso y los laterales más pronunciados.

Fue recuperada la cimera, que había estado presente en los cascos Adrian que durante tantos años habían equipado al ejército polaco y que aún durante la pasada guerra habían protegido a un número muy importante de soldados (en particular la Caballería y la Artillería).

El resultado del proyecto fue un casco que ofrecía una imagen un tanto extraña para la época, una mezcla de casco  moderno y anticuado.

La cimera, que presenta un una sección casi triangular, está dispuesta siguiendo la disposición de la del Mº Adrian y asegurada con una serie de puntos de soldadura eléctrica.

Un pequeño orificio en la parte posterior facilita su aireación, combinando con otro taladro  de mayor diámetro situado bajo la bóveda del casco.

Aparece una marca con las letras "GS", estampada en el acero, junto al orificio de aireación de casco.

Orificio en la cimera

Taladro bajo la bóveda y marca con las letras "GS".

Los primeros cascos fabricados del nuevo proyecto mantuvieron el tipo de guarnición del sistemas antiguo, un zuncho metálico sujeto al casco con remaches abiertos utilizados como grapas (como el Mº 31) en el que se cosían tres lengüetas dobles, ahora en cuero o tela encerada.

La guarnición del Mº 50 con cimera mantiene el sistema tradicional en los cascos polacos.

Anillas posteriores en el zuncho, para sujetar un elementos protector

Los bordes de las lengüetas están protegidos con un pespunte en zigzag, y ojeteros metálicos refuerzan los orificios para el lazo de ajuste.

Bajo las lengüetas se ataban los consabidos saquetes de borra.

El barboquejo, de cuero color avellana, en dos piezas sujetas con pares de remaches a las anillas del casco, se ajusta con una hebilla de clavillo sobre lengüeta protectora.

Una tira del mismo material, como falsa prolongación del barboquejo, remachado al zuncho metálico, forma arco bajo la bóveda, de forma similar a la habitual en los cascos polacos.

Barboquejo de dos piezas, remachado a las anillas del casco.

El nuevo casco no fue bien aceptado por el ejército. Pero el proyecto no había sido definitivo y pronto la guarnición fue completamente reestructurada, adoptándose un modelo calcado del casco italiano Mº 933. en un producto final que se clasificaría como Mº wz 50.

Distribuido en color gris mate, el casco Mº wz 55 es evidentemente un modelo sobradamente diferenciado del posterior Mº wz 50. Le diferencian elementos tan sustanciales como la cimera y la guarnición. Todo ello autorizó una clasificación diferente.

La distribución al ejército como casco reglamentario el  Mº wz 50, resultado final del proceso tras modernizar la guarnición y eliminar definitivamente la cimera, entre otras mejoras, los cascos con cimera fueron entregados a unidades de segundo orden, brigadas contra incendios y, sobre todo, a la Defensa Civil (Obrona Cywilna).

Con la implantación de nuevo cascos Mº wz 67, ya en la década de los años 70, los cascos destinados a la Defensa Civil (OC) fueron repintados de color verde, o blanco (sanitarios).

Cascos Mº wz 55  (Mº wz 50 con cimera) aún se encuentran algunos que se salvaron del repintado, dependiendo de sus destinos, con los anteriores colores más frecuentes,  marrón o azul celeste.

Ver también: Casco polaco Mº wz 50.