Casco:

CASCOS DEL SIGLO XX

ARG 01

Mº 38 (18 suizo)

       ARGENTINA

Colección: Joseba Revuelta    http://www.cascoscoleccion.com

República Argentina. 


Denominación: Mº 38.

Ficha 1/1

Proyecto: Suizo. Fabricado: 1.937/38.
Destinos: Uso general. Distribuido: 1.938.
Guarnición:  Periodo:  Hasta los años 60.
Barboquejo:  País de origen: Suiza.
Distintivo:  En algunas unidades, la escarapela nacional. Variante: En material ligero.
Mimetización:  Material: Acero.
Características: Las propias el casco suizo. Peso:  
Otros: Talla:
Balística:   Color: Verde oliva.

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El primer casco de acero que equipó de forma continuada al ejército argentino fue el suizo Mº 18.

Tradicionalmente, y en particular desde principios del siglo XX, la cúpula militar argentina ha recibido una formación imbuida por el espíritu castrense alemán, siendo fluida la relación entre los dos ejércitos. 

Sus uniformes se inspiraron en la moda alemana. Cuando la Academia de Guerra inició sus cursos en 1920, su rector y la mitad del profesorado eran alemanes (muchos militares seguían cursos en Alemania y vestían uniformes del ejército alemán). (A)

 

Antiguo casco de Caballería argentino de clara influencia francesa. Col: F. Saurin

 

Incluso se integró en el ejército argentino un buen número de altos militares del ejército alemán expatriados tras la Gran Guerra.

La visión de sus formaciones cerradas desfilando al ritmo marcado por el "paso de la oca" refleja la gran influencia ejercida por los ejércitos germánicos, sin descuidar por ello en sus uniformes una permanente referencia a sus tradiciones históricas. (B)

Junto al Tanque ligero del ejército argentino Vickers de 1934, un tripulante, con uniforme perfectamente asimilable al alemán, se cubre con un cascos Mº 35, posiblemente de fibra. Foto vía G. v. Rauch.

 

Todo ello debía de ser tenido en cuenta a la hora de optar por un casco de acero (de hecho, la oficialidad ya había utilizado un casco de punta, similar al "Pickelhaube" alemán, cuyo uso se mantuvo por los cadetes en las academias militares). (C)

 

Casco "Pickelhaube" argentino con el escudo nacional y la escarapela bicolor. Col: Museo Coronel A. Olmedo

 
 

No fue hasta 1.930 cuando se utilizaron por parte del ejército de tierra, algunos cascos de acero Mº 1916 y Mº 1918, procedentes de los excedentes alemanes, que fueron pintados de un color caqui verdoso (en armonía con el uniforme).

Oficial argentino, con casco Pickelhaube con el escudo nacional, momentos antes de participar en un desfile en 1923, durante su servicio militar. Col: H. Bartolucci

 
 

Se trató de una cantidad pequeña y por ello tuvo escasa difusión.

Pero esa experiencia provocó que se planteara la oportunidad de dotar al ejército de un casco reglamentario ya que hasta esas fechas no se había suscitado su necesidad (Argentina se había mantenido neutral durante la guerra). 

En la fotografía vemos un soldado argentino mostrando su equipo. Se cubre con un casco Mº 16 o austriaco. Col: G. v. Rauch

 

La aparición del casco alemán Mº 35, provocó un gran interés en las altas esferas del ejército argentino, siempre atento a cuanto acontecía en Alemania. Esta circunstancia reavivó la cuestión de adoptar un casco definitivo para todas las armas.

El Comandante en Jefe  de la Agrupación de Institutos Militares del Ejército Argentino revistando a los efectivos de la Escuela de Artillería, en 1938, equipados con cascos alemanes Mº 35 y alguno del Mº 16 (Col G. v. Rauch)

Por su parte, la Infantería de Marina (antes Artillería de Costa), entre los años 1936 y 1949, contó con cascos alemanes Mº 35 que habían llegado como dotación de una remesa de los magníficos cañones antiaéreos Mº 88 Krupp (También la policía de la Provincia de Buenos Aires contó con una partida de estos cascos Mº 35).

Tomada la decisión de dotar a las fuerzas armadas de un casco de acero definitivo, se planteó la posibilidad de estudiar un proyecto y su posible fabricación.

 

Ejercicio de suelta de palomas mensajeras durante unos ejercicios del ejército argentino. Además del casco, los uniformes reflejan un inequívoco germanismo. (D)

 

Pero, aún importando las planchas de acero especial adecuadas, la industria argentina aún no se hallaba capacitada para la fabricación de un casco nacional. Se necesitaba importar maquinaria especial, con prensas de embutición de gran potencia que, por aquel entonces, las empresas argentina no podían ofrecer.

 

Soldados argentinos, con casco de fibra ("de fieltro") tipo Mº 35, pertenecientes a una unidad canina

 

 Lo inviable de una solución a corto plazo aconsejó la compra de un casco extranjero, con el fin de acelerar su consecución y el consecuente abaratamiento de su costo. 

Tropas de la  1ª. División de Infantería, transportadas sobre un camión (posiblemente un Chevrolet de 1,5 Tm. Mº 1936). Los soldados argentinos se protegen ya con cascos suizos Mº 18. La foto está sacada durante las maniobras de octubre/noviembre de 1936, lo que obliga a plantearse algunas consideraciones sobre la fecha de la elección de ese casco en 1937. Col: G. v. Rauch. (B)

 

Con tal motivo se convocó un concurso internacional, en cuya preselección quedaron finalistas: Bélgica con el casco Adrian Mº 26-31; Francia con el Adrian Mº 26; Alemania con el casco Mº 1916/18 (ya superado) y Suiza, con el Mº 18. Previamente habían sido examinados el MK-II inglés, el italiano Mº 933, el alemán Mº 35, el Mº 31 polaco, el Mº 21 sueco, y algún otro casco europeo. (E)

 

Casco AE de cartón prensado (casco de fieltro), de línea similar al casco de acero alemán Mº 35. Lleva adherida la escarapela con los colores nacionales. Col: Museo Coronel A. Olmedo

 
 

Portada de la revista "CARAS Y CARETAS" fechada en Buenos Aires en  1936 en la que aparecen ya infantes con cascos de acero Mº 18, lo que ayuda a confirmar la utilización de estos cascos antes de 1937, año de su elección oficial.

Otra del 15 de julio de 1939 ofrece en su portada una bella imagen en la que se lucen cascos AE de cartón prensado. Col: Museo Coronel A. Olmedo.

 
 

Fotocopia de otra foto-documento extraída del Informe 5505 (12-1-37) de la Agregª. Militar de USA en Buenos Aires, sobre las maniobras octubre-noviembre 1936, posiblemente recortada de un folleto publicada por el Ejército Argentino sobre ellas.

 

Los infantes argentinos que manejan una ametralladora Colt-1928 de 7,65 (aguatera), se protegen con los, aún no oficiales, cascos de acero Mº 18 suizos (incluida la banda bicolor suiza destinada a maniobras). Col. G. v. Rauch.

 

Destinados a los cascos Mº 18 y 40, el ejército suizo contaba con cintas bicolores con ganchos, para colocar sobre los cascos durante maniobras, un sistema que recuerda a las (Helmband 36) de colores rojo y amarillo del ejército alemán.

Banda bicolor de los cascos suizos, para identificar bandos durante las maniobras (similar a la Helmband 36 utilizada por los alemanes).

 
 
 

Soldados argentinos portando cascos Mº 18/38 suizos, durante el pronunciamiento acaudillado por el general Arturo Rawson, contra Castillo, el 4 de junio de 1943.

 
 

En 1.937, tras someter a intensas pruebas y ensayos los cascos testigo, fue adoptado el casco suizo Mº 18.

Su silueta no desmerecía dentro del conjunto del uniforme germánico.

Desfile del 9 de julio de 1938 de piezas Skoda 76,5mm L.50 modº 1928 AA. Los artilleros portan cascos Mº 38 con calcas. (Col: G. v. Rauch)

 

Finalmente, tras una primera entrega de 3.000 unidades, en 1.938 se recibieron importantes cantidades procedentes de los talleres de P.& L. Stadler, de Berna, que permitieron equipar suficientemente la totalidad del, en aquel tiempo, pequeño ejército argentino (menos de 33.000 hombres en el ejército de tierra).

El diseño del casco Mº 18 suizo se integraba perfectamente con los uniformes del ejército argentino de corte germánico.

 

Los nuevos cascos llegaron en color verde oscuro, satinado. Fueron repintados exteriormente en color verde oliva, pudiéndose apreciar en el interior su color original

En algunos acuartelamientos buena parte de ellos fueron repintados también interiormente, de forma poco cuidadosa, sin ser desmontados, manchando frecuentemente la guarnición. 

 

A los cascos destinados a ciertas unidades emblemáticas (Regimiento de Patricios, Granaderos a Caballo y otros grupos de élite) se les aplicó en el costado derecho, sobre el ala, la escarapela nacional en un disco estarcido de 44mm. de diámetro (azul celeste, blanco y azul celeste) como ya se venía haciendo con los cascos ligeros de parada. Posteriormente se adoptaron calcas). (F)

El disco de 44 mm. con los colores de la bandera argentina fue pintado sobre el lado derecho del casco.

 

Con el prolongado uso la falta de recambios, ante la pérdida o deterioro del enganche, se recurrió a remachar el barboquejo a la anilla.

Ello suponía perder la ventaja del ajuste previo, siendo el deslizamiento de la hebilla de bucle ovalada el único elemento para su afianzamiento (muchas de estas hebillas perdidas fueron sustituidas, por la misma razón, por otras de diseño comercial).

Ajuste del barboquejo con la hebilla original ovalada.

Barboquejo remachado a la anilla abisagrada.

 

Dentro de la campaña de "nueva imagen" que se pretendió ofrecer de las "renovadas" fuerzas armadas, tras la caída del General Perón (1.955), en la que se procedió a modificar los uniformes, americanizándolos, se decidió sustituir el casco de acero de aspecto germanófilo (pese a su diseño suizo) por un casco "americanoide", el francés Mº 51 OTAN (del que solo aparece constancia de su sotocasco), que se mantuvo solamente hasta 1.956, año en que se tomó la decisión más pragmática, de importar el casco norteamericano M-I.

Esta decisión rompía una permanente preocupación por conservar en los uniformes del ejército argentino alguna vinculación histórica con sus raíces. (G)

Durante los acontecimientos de Septiembre de 1962 (enfrentamiento de "Azules" y "Colorados"), este soldado se protege con el reglamentario casco M38/18, cubierto con una red de camuflaje. Foto vía: H. Bartolucci

 
 

El casco suizo Mº 18 (M38 argentino) aún se mantenía a finales de los 60, siendo progresivamente sustituido por el nuevo casco USA.

Durante el conato de guerra civil, junto a los cascos Mº 18/38, de origen suizo, aparecieron sotocascos del  Mº 51 OTAN francés.

Con la sustitución del Mº 38 por el nuevo (?) M-I norteamericano, parte de los excedentes que se producen son entregados a la Gendarmería Nacional y a los cuerpos de Policías Provinciales y a la Guardia de Fronteras. 

Casco Mº 38 de la Gendarmería Argentina. Estos cascos han sufrido un nuevo repintado, en un particular verde esmeralda, sobre el verde el ejército chileno que, a su vez, contaba con el otro verde suizo. (El casco de la foto perteneció a un joven que lo "disfrutó" en 1938). Col: J. Neila. (H)

 
 

Los regimientos de Caballería mantuvieron, no obstante, los cascos Mº 38 bastantes años.

El excedente final, unos 35.000 cascos, fueron puestos a la venta entre 1986 y 87, o fundidos como chatarra en las maestranzas del ejército.

Casco Mº 18 de la Guardia de Infantería, de Córdoba. Col: Museo Coronel A. Olmedo

(Ver Ficha Complementaria CASCOS DE POLICÍA)

 

 

 

Parece que algunos cascos permanecieron en campos de entrenamiento portados por los instructores, mostrando unas bandas de color como identificación.

 

 

Cascos posiblemente de instructores, uno con una banda blanca y otra roja cruzadas y, un segundo, con una ancha y única banda roja. Col: P. Massolo

 
 

(A) En algunas unidades del ejército argentino, como la Sección de Intendencia, se venían usando unos grandes salacots de tipo británico. Fueron sustituyéndose por otros más cómodos, de línea más universal.

Comprobando el rancho antes de su distribución, por oficiales de la Sección de Intendencia. Utilizan salacots de tipo británico. Foto: Vía  G. Binnerbini

 
 
 

Salacot reglamentario argentino, con el emblema frontal, en los años 20 del siglo XX. Col: G. Binnerbini

Efectivos de la Sección de Intendencia Argentina, en 1927, cubiertos con un salacot de ala.

Foto: Vía  G. Binnerbini

 

Se utilizaron interesantes prendas de cabeza en diversos momentos de la historia nacional, como las que corresponden a la época expansionista, la conquista de las tierras meridionales, en lo que se denominó "Expedición del Desierto", cuya campaña principal se inicia en 1879.

No obstante estas prendas, de origen francés, con ligeras variaciones, ya se utilizaron en Unidades argentinas desde los años 40 de aquel siglo (un tipo de prenda de cabeza que en España se conoce como "teresiana").

"La Conquista del Desierto", interpretación del pintor Juan Manuel Blanes en 1896 (con variedad de quepis de diferentes Armas). Cuadro expuesto en el Museo Histórico Nacional 

El resultado de aquellas acciones fue la incorporación, como "nuevas tierras productivas", inmensos territorios que forman  buena parte del actual suelo nacional, gran parte de la Pampa y la Patagonia. Llama la atención que se calificara en aquella época "desierto" a un territorio por el hecho de no estar habitado por blancos.  Se trató de una campaña destinada a arrebatar las tierras a los indígenas, millones de hectáreas, con el pretexto de que impedían su aprovechamiento a los blancos.

Una acción de la que los argentinos no se sienten orgullosos a causa de la actuación, que hoy calificarían muy duramente,  por una parte del ejército, sin duda siguiendo pautas marcadas por los gobernantes.

Ello quedó patente en los informes del general Julio Argentino Roca, responsable de las campañas, al referirse sobre el pueblo Mapuche y otros, con indisimulado desprecio.

Quepis de Coronel  de Infantería de las tropas la "Expedición del Desierto" (el disco de 155mm con el sol radiante indica que perteneció al Estado Mayor General del Ejército). Col: Museo de Armas Coronel A. Olmedo.

Se llegó a argumentar que la enérgica actuación se llevó a cabo ante la sospecha de que Chile proyectara la conquista de aquellas tierras, teoría que no justificaría el procedimiento.

(B) La presencia de cascos suizos equipando a tropas argentinas en las maniobras de octubre/noviembre de 1936 (presencia suficientemente recogida por la prensa especializada, tanto documental como gráficamente) obliga a preguntarse si la consulta para la elección del casco suizo en 1937, se hallaba ya lastrada por pruebas anteriores. Por otra parte, en las fotos de 1936 los cascos suizos aparentan enfundados o marcados con alguna banda de tejido o pintura, de difícil interpretación.

La inesperada muerte del general Rodrigués en febrero de 1936 a bordo del Acorazado de 27.500 Tm., A. R. a."Moreno" durante la revista naval en Mar del Plata (no permitió que el buque fuera a puerto al presentarse una aguda crisis en su quebrada salud) apunta la posibilidad de que la adopción de los nuevos cascos fuera uno de los proyectos que tenía en estudio y pendiente de decisión. Ello pudo suponer replantear nuevamente el estudio de la decisión por su sucesor (como debió procederse con otros muchos asuntos pendientes que dependían del fallecido general). 

(C) Curiosamente, a causa de la escasez de materias primas sufrida durante la Guerra de 1914, Argentina se convirtió en el principal suministrador de cuero a los Imperios Centrales  para la fabricación de los "Pickelhaube".

(D) Las dramáticas consecuencias de la utilización de gases tóxicos en la ya lejana Primera Guerra Mundial, mantenían la percepción de un posible riesgo permanente. El ejército argentino mantuvo un equipamiento preventivo completo y eficaz.

Un militar argentino del servicio de comunicaciones atiende una jaula de transporte de palomas mensajeras equipada, como él, con equipo antigás. La utilización de palomas mensajeras se prolongó hasta 1976.

 

(E) El casco alemán Mº 35, pese al interés inicial, incomprensiblemente no había sido seleccionado. No obstante, se fabricaron en Argentina (no se descarta el posible origen danés de una de las primeras partidas) cascos ligeros, en fibra o bakelita (el casco de fieltro) para su uso en paradas y desfiles, pintados en colores marrón terroso u ocre (se habían recibido en color verde oliva).

Casco de fieltro, Foto vía P. Massolo

Estos cascos de Formación y Parada estuvo en uso uso desde finales de 1940 hasta principios de la década de los 60. Eran un a copia literal del casco alemán Mº 35, auque fabricados en material muy ligero, normalmente cartón prensado o tejido impregnado en cola.

 No obstante, la primera denominación de "casco de fieltro" invita a suponer que las primeras entregas fueran de fieltro engomado, material muy utilizado en la época para cascos de representación, policías de tráfico, etc.

 

Sello de fabricante argentino en el zuncho de la guarnición: "INDUSTRIA ARGENTINA". Col: Museo Coronel A. Olmedo

 

Estos cascos fueron utilizados hasta los años 50 (su costo y dificultad de mantenimiento y, sobre todo, las presiones políticas, aconsejaron su sustitución, menos en la Policía Militar, que lo conservó hasta el año 1.980). Precisamente el nombre "casco de fieltro" proviene de las primera partidas que estaban fabricadas en fieltro prensado y pintado.

 

Servidores de una ametralladora Colt-1928 de 7,65, durante unos ejercicios, protegidos con máscaras antigás.

 

Con posterioridad fueron entregados en fibra vegetal y, en los años 50, en fibra de vidrio.

El resto de los modelos testados quedaron en poder del ejército, que los cedió posteriormente al Museo Militar de la Nación, donde se puede apreciar que, tanto el Mº 26 francés, como el Mº 16/18 alemán, habían llegado con las placas suplementarias de blindaje frontal.

Artilleros argentinos con cascos Mº 35 de fibra (cascos de fieltro) pertenecientes al Regimiento de Artillería Montada Nº 1, durante una parada militar en 1942. Foto col. G. v. Rauch

 
 

Todos ellos, adornados con la escarapela con los colores argentinos sobre sus colores originales, presentan numerosos impactos consecuencia de los ensayos a que fueron sometidos.

 

Soldados argentinos con cascos de fieltro durante unos ejercicios en los años 30 con fusil ametrallador "Madsen Mº 1927" sobre trípode para defensa antiaérea.

Tres ejemplares de los cascos enviados para ser testados, pertenecientes al depósito del Museo Militar de la Nación, conservando la escarapela argentina.

   

Casco suizo Mº 18, de fibra

Casco sueco Mº 21

Casco belga Mº 31

 

(F) La Marina de Guerra utiliza una escarapela igual pero con un sol (el sol de mayo) y un ancla. Los cascos de la Policía Militar se pintaron de color blanco. 

Parche de la Marina Militar, con el "Sol de Mayo".

 

Tanto los cascos de la Gendarmería (pintados de verde esmeralda) como los de la Policía Federal (en color azul) carecen de la escarapela nacional.

Una patrulla de la Gendarmería Argentina durante las operaciones desarrolladas en la jungla contra la guerrilla, en 1975. Fue una de las últimas veces que se utilizó el casco Mº 38. En la foto ya son mayoría los cascos o sotocascos del tipo M-I. (Foto vía J. N.)

 
 
 

Diciembre de 1975. El comandante general del ejército saluda a los defensores del Batallón de Depósito de Arsenales "Domingo Viejobueno", de Monte Chingolo, tras rechazar el ataque de elementos del ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo). Los militares están equipados con cascos Mº 18

 

Las  policías, además de los cascos de combate referidos, para enfrentarse a graves situaciones con desórdenes públicos cuentan con modernos cascos, tanto sus cuerpos especiales, como las unidades antidisturbios. 

Esta policía utiliza cascos de color azul, con pantalla protectora en polycarbonato y con forma muy parecida a la de la policía norteamericana.

 
 

Las diversas fuerzas destinadas a combatir los disturbios ciudadanos utilizan cascos de diversos tipos, en consonancia con las nuevas propuestas aparecidas en el mercado internacional.

 

Policías de cuerpos especiales en plena acción y modernos antidisturbios dirigiéndose a proteger centros oficiales, equipados con el equipo más moderno. (Ver Ficha Complementaria: CASCOS DE POLICÍA)

 

(G) Las referencias a los uniformes históricos han sido siempre una constante. Esta circunstancia ha sido apreciada universalmente.

Y es que el morrión del Regimiento de Granaderos a Caballo del General San Martín conserva una evidente frescura en las paradas y importantes eventos en los que la representación del ejército es oportuna, aunque está destinado como Guardia Presidencial.

Como anécdota referente a esa dualidad modernidad-tradición, el dibujante de una serie de  recortables, en la que los soldados de otros países aparecían con uniformes modernos y cascos de acero, plasmó en las figuras de Granaderos de Argentina  esa característica de tradición presentándolos con un particular uniforme y su característico morrión o chacó. 

 

Su origen se remonta a la guerra de independencia.

El General San Martín, Teniente Coronel de Caballería (16/3/1812), fue nombrado por el Triunvirato Comandante del Escuadrón de Granaderos que debía organizar (ya como Coronel, desde el 7 de diciembre).  Aquel Regimiento de hombres seleccionados para potenciar un nuevo ejército en el Virreinato de Río de la Plata fue uniformado tomando como referencia el ejército sueco, aunque adoptaría tácticas francesas ("De lo que mis granaderos son capaces sólo yo sé; quien los iguale habrá, pero quien los exceda no").

En 1826 ya no había enemigo que batir y los 120 jinetes que quedaban (no pasarían de media docena de los "fundadores", el Batallón fue disuelto. No será hasta el 25 de Mayo de 1903 cuando el presidente Roca decidió su recuperación y escoltarán al presidente desde 1907.

Morrión de suboficial de Granaderos de Caballería. Col: Museo C. A. Olmedo

 
 

La fabricación de sus morriones es prácticamente artesanal y personalizada para cada destinatario.

El taller de morriones del Regimiento de Granaderos a Caballo se encarga de su cuidada confección.

A partir de las medidas de cada destinatario (cada granadero tiene su propio morrión hecho a su medida), se inicia un largo proceso que, seguramente, ha variado poco desde los primeros entregados al Regimiento.

Placa frontal  en un morrión del Regimiento de Granaderos (se aprecia la escarapela nacional, en metal). Col: Museo C. A. Olmedo.

 

Sobre el cuerpo, denominado "carcasa", de cartón-fibra, cosido a mano y colocada la tapa pegada, se impermeabiliza con una capa de goma-laca. Interiormente se forra con tafetán rojo y un tafilete charolado. Se cubre con un tejido negro-azulado, cosido tanto en la parte superior como su entorno y se incorpora la visera de cartón charolado.

A partir de aquí, se diferencian tres tipos, según normas reglamentadas, para oficiales, suboficiales y tropa que se diferencian principalmente por la franja amarilla oro que lo circunda en la parte superior: lisa con un cordoncillo rojo para suboficiales y tropa (voluntarios), cinta con relieve de rombos y cordoncillos rojo y amarillo para oficiales, más ancha doble laureada en amarillo oro para el jefe del regimiento que ostenta en grado de Coronel.

 

Todos estos gorros llevan la escarapela con los colores nacionales en chapa de latón embutido, salvo la de los oficiales jefes que va con mostacillas enhebrada y cosida a mano.

La gran placa frontal, con chapara de bronce embutida, es posteriormente calada manualmente con sierra. Un par de enganches con cabeza de león sirven para colgar el gran cordón con los borlones.

Morriones del Regimiento de Infantería 2, unidad de Infantería Paracaidista de la 4ª Brigada. Tiene una unidad histórica, la Custodia de Honor del cabildo de la ciudad de Córdoba. Cuenta con una banda de música para acompañar los actos de la Brigada.

En la fotografía del "Museo de Armas Coronel A. Olmedo" puede verse, tras los morriones, una interesante colección de figuras con los uniformes del ejército argentino.

 

Se completa con las carrilleras compuestas por dieciocho piezas de tamaños decrecientes. La confección y montaje de cada unidad requiere toda una jornada de trabajo.

Se fabrican también morriones de gala que se entregan en una pequeña urna de vidrio como presente a presidentes, embajadores, etc.

Es de señalar que el escudo frontal, siendo el mismo, se recorta su silueta de forma diferente para cada tipo de destino.

 La placa sobre la que descansa el escudo nacional aparece completa, recortada en parte o desaparece. También las hojas que rodean el óvalo del escudo pueden aparecer troqueladas o no. 

 

Escudo de morrión de Granadero (suboficial)

   

Morrión "RI2" de Oficial

 

Morrión "RI2" de Suboficial

 

La amplia memoria del ejército argentino permite la conservación de piezas de unidades selectas, como el casco del Grupo de Artillería 1 que actualmente está destinado a la custodia del Ministerio de Defensa.

El Grupo de Artillería 1 fue creado por decreto del presidente Bernardino Rivadavia el 9 de mayo de 1826 y puesto a las órdenes del Teniente Coronel de Artillería Tomás de Iriarte. Inicialmente se denominó Regimiento de Artillería Ligera. Se le considera heredero de la primera unidad de Artillería argentina formada por criollos en 1805/7.

El Grupo de Artillería 1 tomaría el nombre de su primer jefe tras su bautismo de fuego en la "Batalla de Ituzaingó", el 20 de Febrero de 1827 contra el ejército de Brasil.

 

Casco del Grupo de Artillería I, (Regimiento de Artillería 1 Brigadier General Tomás de Iriarte) decano de la Artillería Argentina.

Col: Museo Capitán. A. Olmedo. La Calera, Córdoba.

 

Los cascos estaban fabricados en aluminio bruñido, con suplementos para la nuca, y la parte de la cimera para el penacho y el soporte o bombillo del pincel se pintaba de color dorado..

El escudo nacional del frontal es de bronce pulido.

Se trata de un tipo de casco muy apreciado por las unidades de Caballería hasta mediado del siglo XIX (en España se empleó desde 1815 a 1856).

La unidad tiene su acuartelamiento en Campo de Mayo, de Buenos Aires.

 

Escudo nacional en bronce

 

 (H) La Gendarmería Nacional Argentina recibió cascos M-38 (18) procedentes del ejército cuando las FF.AA. comenzaron a adoptar el M-I de origen norteamericano. Los cascos llegaron con los colores propios de los cascos de combate, el original suizo o el verde caqui reglamentario.

El color verde-gris es característico de aquella Fuerza de Seguridad (es el color original de la chaquetilla que los gendarmes vienen utilizando desde 1938). Con el fin de adaptar los cascos recibidos al nuevo destino y acorde con sus uniformes, su Director de Logística, decidió el nuevo color comentando: "Sí las Naciones Unidas tienen a los Cascos Azules , nosotros tendremos los Cascos Verdes",  y decidió que se pintaran de verde. Se utilizó un color verde esmeralda característico que ha perdurado como color oficial.

Oficial de la Gendarmería Nacional Argentina en uniforme de 1938.

 
 

HOMENAJE A LA BANDERA ARGENTINA

 El pueblo argentino, altivo y amante de su tierra, celebra periódicamente homenajes, además de a sus próceres históricos, a sus símbolos nacionales, en un loable afán por reafirmar orgullosamente su identidad. Una de estas significativas manifestaciones patrióticas se refiere a la veneración que sienten por su bandera, heredera del estandarte enarbolado por el general Belgrano ya en 1812. Aunque deberemos remontarnos otros dos años antes, para reconocer ya los dos colores, azul celeste y blanco, en las escarapelas distribuidas entre la multitud congregada en lo que luego se llamaría Plaza de Mayo de Buenos Aires, que erigió con éxito un gobierno local popular por parte del virrey español. Aquel día, que había amanecido nublado, aclaró dejando lucir el sol, lo que fue considerado un buen augurio. El "Sol de Mayo" fue considerado símbolo nacional. Se adoptaría oficialmente el 25 de julio de 1916. En 1818 se incorporó el Sol de Mayo a la bandera. Curiosamente, no está definido el color exacto, ni tiene denominación el azul que, en dos bandas, incluye la bandera de Argentina.
 

En la ciudad de Rosario, "en los puntos donde se enarboló y saludó por primera vez la bandera argentina el 27 de febrero de 1812, a las 6 y media de la tarde", se inauguró en 1957 un impresionante monumento a la bandera.

El imponente monumento incluye la gran cripta del general Manuel Belgrano, el prócer argentino creador de la bandera y el primero en enarbolarla en la guerra de independencia con España.

La estatua del general Belgrano en la cripta que se halla en la base de la gran torre, la guardan un Granadero y un soldado de Patricios con uniforme de 1812.

 

La obra, que se construyó según el proyecto original de 1872, tardó 85 años hasta que la ciudad de Rosario pudiera ver la obra acabada, ya que fue interrumpida varias veces. Pudo ser terminada gracias a la decisión del gobierno provisional del general Aramburu, que asignó los fondos necesarios para su conclusión.

El 20 de junio, escoltado por una guardia de honor de soldados del Regimiento de Granaderos a Caballo, el presidente Aramburu asistió a la ceremonia inaugural. Al fondo se aprecia el propileo que alberga el "Fuego Sagrado".

 

 En el curso de la emocionante ceremonia, el presidente procedió a encender el "Fuego Sagrado de la Patria".

El acto de izar una inmensa bandera nacional culminó el evento, que no era más que el comienzo de una permanente presencia del símbolo nacional sobre la ciudad de Rosario.

Damas argentinas junto a la enorme bandera que habían bordado.

Acto de encendido, por el presidente Aramburu, del "Fuego Sagrado"

 

Completar la información viendo, también: Casco SUIZO Mº 18.

Mi agradecimiento al coleccionista argentino P. Massolo por su colaboración.