Casco:

CASCOS DEL SIGLO XX

ALE 12

Mº 37/38 (Fallschirmjáger)

       ALEMANIA

Colección: Joseba  http://www.cascoscoleccion.com

Gobierno del III REICH. 


Denominación: Springerhelm. M 38 FJ

Ficha 1/1

Proyecto:  Fabricado: 1937 
Destinos: Paracaidistas y tropas aerotransportadas (Fallschirmjáger) Distribuido: 1938
Guarnición: Pieza de cuero de oveja o cerdo cubriendo el cráneo Periodo:  1.938-1.945.
Barboquejo: Dos piezas en "Y" País de origen: Alemania.
Distintivo:  Calcas de la Luftwaffe o Heer y colores nacionales Variante: 2 modelos, por evolución
Mimetización: Pinturas de camuflaje y fundas. Material: Acero laminado de 1,15mm.
Características:  Carece de visera y cogotera. Peso:  1.000 gr.
Otros: Su costo inicial fue de 7,26 Reichsmark Talla:  66, 68 y 71
Balística:  Similar a la del Mº 35 Color:  Gris campo

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Los alemanes habían tomado muy buena nota de lo que habían visto en Rusia. Cuando la comisión militar desplazada a Kiev en 1935 observó el salto de 1.500 paracaidistas rusos de la VDV (Vozdouchno-Desantnykh Voysk) en una imponente demostración durante las maniobras del ejército soviético, debió pensar que Alemania tenía un buen trabajo que hacer, y las conclusiones recogidas en su informe sirvieron de base para impulsar los propios planes del ejército alemán.

 

Las unidades rusas de paracaidistas habían sido creadas ya en 1929, y su perfeccionamiento era patente. Esta realidad supuso un acicate en los planes alemanes que requerían acelerar la puesta a punto de unidades similares.

Tanto el ejército de Tierra (Heer) como el ejército del Aire (Luftwaffe) iniciaron los trabajos casi simultáneamente, aunque de forma independiente. Pero los planes de la Luftwaffe eran mucho más ambiciosas.

El 20 de abril de 1939, en el desfile militar en honor de los 50 años del Führer, se vieron desfilar, por primera vez, destacamentos enteros de paracaidistas

 
 

El 29 de enero de 1936 ya la Luftwaffe había creado la primera unidad de voluntarios paracaidistas sobre la "guardia de corps" de Herman Göring (a la sazón Comandante en jefe de la Luftwaffe) transferida a la Luftawaffe el 1º de octubre de 1935. A su mando,  y con el nombre de Regimiento Hermann Göring, se estableció su base en Stendal, cerca de Berlín, donde se preparó lo que en la práctica funcionaría como una escuela de paracaidismo. 

En un grupo en el campo de entrenamiento se examinan los enganches de la bolsa que contiene el paracaídas. De este enganche y su empaquetado, bien firme pero fácil de deshacer, depende su vida.

 

Poco más de un año después (1º de abril de 1937) el ejército (Heer), que comprendió las posibilidades de la nueva arma y venía estudiando desde la primavera de 1936, inició a su vez el reclutamiento para formar una Compañía de paracaidistas propia. De su adiestramiento se encargaría la Luftwaffe en su escuela de Stendal. Dos años más tarde esta fuerza de asalto tomó parte en la ocupación de los Sudetes, en Checoslovaquia (aunque bajo la dirección de la Luftwaffe). 

Paracaidista alemán en Noruega, con la nieve aún sobre su rostro tras los combates por el dominio de Narvik.

 
 

En julio de 1938, creada la 7ª División Aerotransportada, se nombró al general Kurt Student como su comandante.

El primero de enero de 1939 la fuerza paracaidista del ejército se transfirió definitivamente a la Luftwaffe, (II/FJR I) que quedaría como la única responsable de reclutar y preparar paracaidistas.

Pese a los insistentes deseos de su comandante, esta nueva fuerza no fue utilizada en Polonia (para no alertar a los aliados sobre sus posibilidades). Pero pronto, en abril de 1940, tuvieron ocasión de comprobar su capacidad en Dinamarca, Noruega (con destacada actuación en Narvik), Holanda, y su acción de mayor trascendencia, la captura del fuerte Eben Emael, en Bélgica.  (*)

 
 

La irrupción en escena de las tropas aerotransportadas alemanas (Fallschirmjáger) trastocaría toda la estrategia aliada dedicada básicamente a perfeccionar el empleo de la aviación y de las unidades blindadas. 

Llegada de refuerzos paracaidistas sobre Narvik.

 
 

Aunque los paracaidistas rusos, en las fechas de su creación los más adelantados en la nueva arma, utilizaban exclusivamente cascos de salto, en los proyectos del Alto Mando de la Luftwaffe desde el principio ya se incluía la idea de un casco de combate para su equipamiento (también debieron diseñar el resto de elementos del equipo y uniforme que luego nos resultarían tan familiares, blusón, botas, tipo de paracaídas, emblemas, etc.).

En 1936 se efectuaron ensayos con cascos Mº 35. 

 

A primeros de junio de 1940 la prensa española describía los paracaidistas alemanes con indisimulada admiración y los dibujantes debían completar sus informes con algo de imaginación y fantasía. Aparentemente, el casco era una de sus incógnitas. (**)

 Anotaciones en el dibujo original:

1) Casco de acero forrado de cuero

 2) Fardo del paracaídas

 3) Correas del paracaídas

 4) La mano derecha agarrando la argolla que abre el paracaídas

 5) Fusil ametrallador sujetado en el correaje

 6) Máscara antigás

 7) Municiones

 8) Mochila

 9) Correas del paracaídas

 

Los barboquejos fueron sustituyéndose en una segunda fase, pero las prominencias de visera, laterales y cogotera llegaban a rozar los atalajes, con el consabido riesgo, y aún a engancharlos y enredarlos en ocasiones. Por otra parte, los saltos por las estrechas puertas de los aviones también producían roces y tropiezos indeseables. La eliminación de la visera y el drástico recorte de la cogotera y laterales en el proyecto resolvieron los problemas descritos, ya que también significaba el estrechamiento del casco. Pero se evitó recurrir a modificar el casco del ejército, trabajándose inmediatamente sobre prototipos originales, aunque en la línea del Mº 35 (nunca se emplearon cascos Mº 35 recortados o adaptados).
 

Fallschirmjáger en el Museo Militar de Viena

 

En 1936 ya se preparó una serie de cascos a los que se había practicado un par de ranuras laterales, posiblemente para insertar un barboquejo suplementario. Las ranuras eran similares a las que tenía el  "Vulkanfiber" o casco de fibra. La guarnición era como la del casco de combate, la Mº 31 (modificada) pero, si en un primer momento contaba con las 2 anillas para un barboquejo sencillo (con desenganche rápido) pronto se le adaptaron 4 anillas rectangulares, dos más adelantadas que el Mº 35, y otras dos en la parte de la nuca. Los cuatro remaches eran también los tradicionales en los demás cascos. El barboquejo doble se ajustaba tensando los dos lados mediante dos hebillas de clavillo.

Primer modelo de casco de paracaidista de 1936, con ranuras laterales (posiblemente para un barboquejo suplementario) y los remaches iguales a los del Mº 35.

Pero la presión del aire en los saltos y la diferente forma de sufrir las tensiones el barboquejo no mantenía bien su posición y además hacían saltar los remaches.

 Un nuevo barboquejo, más resistente y de diferente diseño se adaptó a estos cascos. Para ello se hicieron nuevos orificios para sujetar el barboquejo y se sustituyeron los remaches por tornillos con tuerca. Estos cascos suelen clasificarse como Mº 36 en las dos versiones, con guarnición primera y con la segunda (fueron posteriormente readaptados, en número bastante limitado, y se mantuvieron para entrenamientos pero no se destinaron para combate).

Emblema de la Luftwaffe bajo el tornillo lateral izquierdo.

 

Después de todas estas variaciones, en 1937 ya estaba totalmente definido un segundo modelo de casco de salto y combate para los paracaidistas de la Luftwaffe. El nuevo casco, clasificado como Mº 37 (posiblemente por su entrega en 1938 también se le ha denominado Mº 38), incorporaba una guarnición totalmente original y desaparecieron las ranuras y los orificios de aireación. Fabricado en aleación acero laminado de 1,15 mm., llevaba una proporción elevada de Manganeso (0,60-0,80%) y Cromo (0,25-0,40%), con una resistencia al temple de 200 k/mm2.  

El jefe de un batallón de paracaidistas impartiendo órdenes en Oslo

 

El casco, estampado en una pieza, con un rebordeado de 4mm., presenta 4 orificios embutidos, para alojar los tornillos del barboquejo.

Se fabricó en las tallas 66, 68 y 71 que admitirían dimensiones de cráneos de 53, 54, 55, 56, 57, 58, 59, 60 y 61 (los de talla superior a la 61 requerirían cascos de mayor tamaño, en tanto que las menores de 53 se resolverían con almohadillados más gruesos). El 16 de junio de 1938 se especificó que la esponja de amortiguación se mantendría en 10mm de espesor para las tallas 53, 54, 55, 57, 58 y 60 y para las de 56, 59 y 61 pasarían a medir 13mm.

El etiquetado solía indicar la talla de la guarnición y la del casco (stahlhaube).

La guarnición se articulaba sobre un zuncho de aleación de aluminio de 30 x 1mm. con su empalme remachado y otras tres piezas también remachadas (donde iban los orificios) o una sola pieza soldada por puntos  y que quedaba sujeto por los tornillos del barboquejo.

 

Zuncho de aluminio de un sola pieza. Las partes en las que se hallan los orificios para atornillar el barboquejo y sujetarlo al casco, antes de formar parte de una única pieza soldada en su costura posterior, estaba remachadas al aro principal del zuncho.

 
   

Atornillado posterior en un zuncho de una pieza. Cortesía B&S

Atornillado lateral. Se aprecian series de orificios para asegurar los elementos de la guarnición

 

Una tira de cuero sintético de 35mm. x 2mm. queda insertada entre una pieza de goma-espuma de 10mm. y el cuero de la guarnición que se adapta al cráneo y cuenta con 4 aberturas circulares de 25mm. de diámetro y otras 7 de 30mm. (queda encolada al almohadillado de menos de 10mm. para tallas 58 y más de 10mm. para tallas del 58). Una banda de 35mm. por 2mm. de grueso reforzará la sudadera.

 

La guarnición de piel de oveja, generalmente coloreada, es de un milímetro de grosor aproximadamente. El 19 de marzo de 1940 el Ministro y Comandante Supremo de la Luftwaffe permitió el uso alternativo de piel de cerdo (también el empleo de piel de cerdo en otras piezas). En aquella piel, bajo la bóveda se acumulaban los marcajes. (***)

Por su parte el barboquejo supuso también una innovación sobre los sistemas existentes en Europa.

Se aprecia el almohadillado entre el zuncho y la guarnición. También el articulado del barboquejo. Cortesía: Mº de Hª Militar de Hungría. Foto: J. Revuelta.

 

Para empezar, se sustentaba sobre 4 puntos, dos de ellos en la parte de atrás. Formado por cuatro tiras de piel de cabra (cosidas formando dos piezas en "Y" colocadas de forma que no estorben a las orejas), tintadas de gris y forradas de gamuza, también tintada, contaba con una hebilla de abroche y desabroche rápido como único elemento de sujeción. 

   
 

Comprobada su insuficiencia, el barboquejo se prolongó volviéndolo bajo la garganta hasta sujetarlo al otro lado (el sistema más sencillo volvió a fabricarse en la última década, por razones de economía o por que al combatir los paracaidistas como infantería no se requería un barboquejo tan seguro como el de salto.

Juego de barboquejos en "Y" con 12 ojeteros de ajuste (con anterioridad las tiras a la nuca tenían series de 4 ojeteros).

 
 

El ajuste previo del atalaje se ha previsto mediante el anclaje al cascos de las cuatro tiras sobre unas series de orificios.

Las piezas laterales cuentan con tres orificios reforzados con ojeteros metálicos de 8,5 mm. de diámetro y cuatro cada tira posterior (que posteriormente serían tres orificios en cada tira posterior que se sujetan cruzadas sobre la nuca).

 

La fijación de las diferentes piezas del barboquejo se consigue con tornillos de cabeza convexa, de 6,5 mm. de largo y 6 mm. de diámetro, con rosca M6x0,75 (4 mm. de rosca).

La cabeza de estos tornillos presenta un orificios central de 3,5 mm. pasante para aireación, y dos más pequeños ciegos, de 2 mm., para su enroscado mediante una llave especial dentada, que se efectúa sobre una tuerca interior (4 tuercas de latón en total mas sus arandelas de acero).

Lado derecho del barboquejo. Col: Museo Hª Militar de Hungría.

 

Llave especial

 

 

 

El ajuste previo se efectuaba seleccionando los orificios del barboquejo adecuados a la talla del usuario, contando con tres posibilidades en los atalajes laterales y cuatro (posteriormente tres) en los posteriores que se colocaban cruzados.

 
 

Los orificios para alojar los tornillos se elevaron (70mm. desde el borde del casco), colocándose dos sobre la zona donde antes se hallaban los de aireación, añadiendo otros dos sobre la nuca, ligeramente separados (60mm.). (****)

 

 

Cabezas de tornillos posteriores (separados 60mm.) y el alojamiento embutido en la chapa.

 
      

Zuncho de aluminio de una pieza con los demás elementos que conforman la guarnición. Cortesía B&S Militaria.

Los primeros pedidos fueron cursados a Eise und Hüttenwerke Thale AG. De la compleja guarnición se encargaron los talleres Schubertwerk de Brunswick (que el verano de 1944 entregaría 90.000 guarniciones en Thale marcadas con "RB" y una numeración) y Karl Heisler, de Berlín (que las marcaba sólo con una numeración).

 

 

Ante el deterioro o pérdida de las guarniciones de estos cascos, actualmente existen kits completos para su recuperación destinados a coleccionistas que desean presentar la pieza reproduciendo su aspecto inicial. El kit incluye el acolchado bajo la guarnición de cuero

 
 

El primer modelo de 1936 se entregó en color gris campo liso pintado sobre una base anti-óxido. Se le colocaron las calcas, el águila del primer modelo de la Luftwaffe al lado izquierdo y la calca con los colores nacionales (negro, blanco y rojo) al lado derecho. 

Durante las operaciones llevadas a cabo en Bélgica y Holanda muchos paracaidistas alteraron la superficie de los cascos añadiéndoles arena o aserrín entre dos capas de pintura fresca, con lo que conseguían un acabado granulado que resultaba más mate (lo que tuvo gran aceptación, generalizándose esa práctica a lo largo de toda la guerra). Ya en las primeras actuaciones se utilizaron pinturas de camuflaje.

Figura de paracaidista alemán con el cascos Mº 37 cubierto de pintura rugosa color arena en el frente de África del Norte. Museo de El Alamein, Egipto. Foto: J. Revuelta

 
 

Estos usos de matizar la pintura tuvieron un cierto reconocimiento oficial mediante una orden del 12 de junio de 1940 en la que el color gris campo reglamentarios sería sustituido por un azul-gris ahora con una superficie más rugosa (esa misma orden declaraba que las calcas con los colores nacionales serían retirados de los cascos definitivamente, aunque esto último no fue respetado por las unidades de retaguardia, por lo que al renovar tropas del frente siguieron apareciendo en él cascos con las dos calcas hasta el fin de la guerra).

 

Decididos y tensos, con la mano en la banda de desgarre, los paracaidistas esperan la orden de lanzarse al espacio sobre Creta.

 

Cuando los paracaidistas combatieron como la infantería, se prefirió un color verde-gris, en vez del azul-gris, por ser más idóneo (independientemente de los camuflajes). En teatros de operaciones de climas cálidos: África del Norte, Sicilia, Italia, etc., se utilizaron los cascos pintados de color arena, algunos rociados con arena para hacerlos mas mates. (*****)

Casco Mº 37 pintado de camuflaje

 
 

El casco entregado a los paracaidistas del ejército llevaba el águila del ejército y el escudo con los colores nacionales. (******)

Según  las bases de regulación del 15 de marzo de 1938, el casco de paracaidistas debería mantenerse en buen uso durante 15 años antes de ser retirado del servicio y substituido.

Al igual que se hiciera con el Mº 35, se distribuyeron bandas rojas y amarillas de 40 mm. de anchas para las maniobras (con un peso estimado en 20 g.), que se sujetaban con enganches.

 

Casco de paracaidista en el Norte de África (restaurado)

 

Además el uso de fundas fue generalizado desde que en el otoño de 1940 se distribuyeran las primeras en color verde oliva, en la línea de los blusones, que se sujetaban con una serie de 6 ganchos.

Estas fundas fueron completándose añadiéndoles una bandas de tela gris que permitían insertar elementos de camuflaje, y otras dos cruzadas, formando una cruz sobre la bóveda.

Paracaidistas alemanes en una aldea de Francia. Algunos de sus cascos Mº 37 llevan las fundas reglamentarias.

 
 

En la primavera de 1941, poco antes de la invasión de Creta, se distribuyeron nuevas fundas con el mismo diseño, pero de la tela de camuflaje de los nuevos blusones (posteriormente los ganchos serían sustituidos por un cordón de ajuste). ()

 

Un cazador paracaidista protegido tras un acribillado vehículo en Creta, cubre su casco Mº 37 con una de las nuevas fundas de camuflaje,

 

A lo largo de la guerra los sistemas de camuflaje se fueron personalizando, utilizándose redes (muchas veces procedentes de cascos enemigos, incluso fundas italianas), alambres y, lo más apreciado, mallas metálicas de gallinero, que se amoldaban perfectamente.

También las gomas de motocicleta o automóvil fueron utilizadas abundantemente.

Sanitario con casco Mº 37 cubierto con una red

 
 

 

Los problemas de camuflaje que debía resolver el paracaidista eran similares a los de los demás combatientes, por lo que muchas soluciones fueron las mismas (en los frentes del Este se emplearon con asiduidad las fundas fabricadas con tela blanca o se encalaban directamente los cascos, ya que la cal, a diferencia de la pintura, permitía eliminarla fácilmente al desaparecer la nieve o cambiar de escenario). Embarrar los cascos también fue una práctica frecuente.

 

Paracaidistas alemanes en la plaza de San Pedro de Roma, conversan con un enlace de su unidad.

 
 

(*) El ataque al Oeste se inició el 10 de mayo,  cuando aún la situación de Noruega no se había cerrado. Para atacar Bélgica, Luxemburgo y Holanda, los alemanes dispusieron de unas unidades limitadas, pero poco tradicionales: 10 Divisiones blindas y algo inesperado por los aliados, una División de paracaidistas y otra de tropas aerotransportadas. El grueso del ejército atacante, 135 Divisiones, dependían para su avance de la fulminante actuación de los primeros.

Después de lanzar 4 batallones de paracaidistas sobre los puentes de Rotterdam para neutralizar las tropas holandesas que se hallaban dispuestas para su voladura (acción que se completó con la toma de los puentes de Dordrecht y Moerdijk), tan sólo quedaba disponible un Batallón para ser lanzado sobre La Haya para conseguir capturar al Gobierno, además de los centros de administración y control de país, pero los principales objetivos no fueron conseguidos ya que un contraataque holandés expulsó a los alemanes de los aeropuertos, quedando dispersos y muchos de ellos hechos prisioneros.

La novedad de las acciones y la sorpresa habían sido una baza muy importante en las rápidas victorias alemanas, pero la coordinación y bravura de los paracaidistas y combatientes aerotransportados la verdadera clave del éxito.

La  utilización de paracaidistas había agotado las reservas. Los invasores contaban ya tan sólo con 500 hombres de las novedosas tropas aerotransportadas y quedaba el capítulo más duro de la invasión, anular Bélgica y sus fuertes.

La sorpresa, y en muchos casos falta de reacción, por la repentina presencia de soldados alemanes en Rótterdam, dio lugar a situaciones rocambolescas, como la perpetrada por el teniente paracaidista Kerfin y sus 50 hombres que, no habiendo sido descubiertos en su descenso, se subieron a un tranvía ante la sorpresa de viajeros y conductor, lo requisaron y se trasladaron en él a sus puestos previstos.

 

Para anular la moral de la resistencia de los belgas, toda la propaganda de guerra nazi se puso en marcha, divulgando la falsa noticia de que miles de paracaidistas estaban invadiendo todos los rincones del país. En realidad, para las acciones más duras y comprometidas se carecía de paracaidistas. Pero se recurrió a otra nueva arma, los planeadores, capaces y silenciosos.

En las maniobras de entrenamiento de 1939, las tropas aerotransportadas consiguieron reducir a escasos segundos el tiempo necesario para desembarcar e iniciar el combate. Se protegían con el nuevo casco Mº 37.

El fuerte Eben Emael, considerado el más inexpugnable de Europa, dominaba la confluencia del Mosa con el Canal Alberto, controlando los puentes que cruzaban el Canal (que además se hallaban minados). 

Durante la construcción del fuerte ya se planteó la existencia de los paracaidistas, pero cuando se pretendió revisar el proyecto en 1937, una mayoría "conformista" de la Comisión se opuso a tantas alusiones a insistentes amenazas de paracaidistas "para no asustar a los ejecutores del proyecto". En consecuencia los fuertes, que cubrían una superficie de cerca de 360.000 m2, permanecieron casi ciegos, sin elementos suficientes para otear el cielo o contar con pequeños aviones que pudieran despegar desde su superficie para misiones de reconocimiento.

Se concibió para una defensa a ultranza, aunque con artillería muy potente, carecía de piezas de largo alcance para apoyar a tropas propias en operaciones de neutralización de un invasor. Incluso algunas bóvedas blindadas no se habían completado (dos de ellas, cuyos blindajes que se esperaba que tuvieran 5 m. de espesor, ante la sorpresa de los saltantes, sólo eran de hojalata).

 

El 9 de mayo de 1940, entrando por el Oeste, once JU-52 soltaron los amarres de los silenciosos planeadores TSS 230 con 85 soldados aerotransportados del grupo de asalto Granit (granito). Habían despegado a las 4,30 de Colonia-Ostheim, a 120 km. de la frontera holandesa. Aterrizaron 70 sobre el fuerte, entre los bunkers (más tarde aparecerían los restantes, entre ellos su jefe, el teniente Rudolf Witzig, un joven ingeniero de 25 años) sin que sus defensores tuvieran posibilidad de neutralizar un asalto desde el cielo.

 

Paracaidistas alemanes orientándose en Holanda (los paracaidistas, además de las armas, llevaban bicicletas plegables). 

 

La sección de Asalto Granit formaba parte del Sturmabteilung (Grupo de Asalto) Koch, siendo uno de sus cuatro elementos autónomos que deberían conquistar los puentes del canal y el fuerte.

Los otros tres grupos de saltos eran el Hierro, el Hormigón y el Acero.

Hubo además un quinto grupo, menos conocido, lanzado tras el Canal Alberto, y que ayudó eficazmente a causar una gran confusión entre las líneas defensora belgas, compuesto por una importante cantidad de muñecos vestidos con uniformes (estratagema que repetirían los aliados en vísperas del desembarco en Normandía).

 

 Destruidas las casamatas (gracias a la primer arma secreta de la 2ª G.M., las 20 cargas explosivas huecas "Hohlladung" de 50, 28 y 12 k.) y apresada sus guarnición (los alemanes sufrieron 6 muertos y 19 heridos), los defensores de los puentes también fueron anulados, pudiendo ser atravesados, tan sólo dos días después por dos Divisiones Panzer a través de Veldwezelt y Vroenhoven. 

Los Fallschirmjáger, de vuelta a retaguardia, aún emocionados, festejan sus hazañas. Sus cascos Mº 37 están pintados de camuflaje.

Un mes antes, el 9 de abril, los alemanes habían asaltado Dinamarca y Noruega, y los paracaidistas ya habían participado activamente en Holanda, pero ahora era la primera vez que se enviaban por ese procedimiento tropas directamente a la retaguardia enemiga con planeadores en un nuevo paso de la guerra relámpago.

la operación no había sido sólo fruto de la improvisación y pericia de los asaltantes. El 27 de octubre de 1939 la OKW habían empezado los preparativos. En noviembre fueron concentrados en Hildesheim una compañía de paracaidistas de caza y un grupo de zapadores. 

Obligados a un durísimo entrenamiento y condenados a un severísimo secretismo bajo pena de muerte (ni tan siquiera podían contactar con militares de otras unidades) estaba en constante cambio de lugar y bajo diferentes denominaciones.

 

Oficiales del Regimiento de Paracaidistas que tomaron la fortaleza Eben Emael en Bélgica, cubiertos con el casco Mº 37 pintado de camuflaje,  condecorados con la Cruz de Hierro. El segundo por la derecha es el jefe y comandante del grupo Oberst Witzig.

 

Tan pronto se sospechaba que alguien se había fijado en ellos, cogían el equipo y se trasladaban a otro lugar bajo otro nombre ("Departamento de pruebas de Friedrichshafen", o "Escuadra de reserva 17" fueron dos de los múltiples nombres utilizados por la Unidad). Se trabaja sobre detalladísimos planos a gran escala y sobre una enorme maqueta que acaba familiarizando a los paracaidistas hasta con los menores detalles del fuerte Eben-Emael. Tras la toma del fuerte el secretismo de la operación se prolongó de forma insólita, ya que se mantuvo el secreto del asalto, y los 1.200 prisioneros de guerra belgas fueron aislados en un campo de concentración sin que se les permitiera hablar con sus guardianes).

Sólo se dijo que "se había utilizado un nuevo método de ataque", lo que disparó los rumores e hipótesis sobre armas secretas.

Estudiando la próxima operación

Para infiltrar tropas también se habían utilizado, además de los inesperados planeadores, decenas de ligeros Fieseler Störche.

Es interesante comentar que el trabajo de los paracaidistas en los primeros momentos fue completado por algunas grupos de operaciones especiales, las unidades Branderbur (o Branderburger) del almirante Canaris, jefe del Servicio de Información Militar (Abwehr) de misiones especiales.

 

Las unidades Branderbur adiestradas para operaciones especiales obtuvieron su mayor éxito tiempo más tarde, en la liberación de Mussolini a las órdenes de Otto Skorzeny

Un grupo Branderburger con uniforme holandés intentó pasar el puente sobre el Mosa en Maastricht, pero al ser reconocidos no pudieron evitar su voladura. En Arnhem, no contando con cascos holandeses, debieron fabricarlos con cartón, pero también fueron descubiertos y se entabló un tiroteo.

Por el contrario en Gennep, otro grupo de Branderburger , al mando del teniente Walter, utilizó otra argucia, tres "policías holandeses" condujeron un destacamento de prisionero alemanes (sus metralletas y granadas iban camufladas bajo los gruesos capotes). Los soldados holandeses que custodiaban el puente de Gennep reaccionaron tarde y el puente cayó en manos alemanas.
 

Demostrada con creces la capacidad operativa de los paracaidistas de la 7ª División, fueron empleados el Creta (Operación Mercurio, "Merkuri"), donde se efectuó la primera invasión exclusivamente desde el aire.

El 20 de mayo de 1941 despegaban los paracaidistas alemanes que serían lanzados sobre la isla de Creta. 4.000 paracaidistas debían conquistar una isla de 260 km. de longitud. La información sobre la guarnición en la isla daba por buena la cifra de 12.000 o 15.000 soldados. La realidad era bien distinta ya que en la isla había más de 48.000 combatientes entre británicos (17.000, la mayoría evacuados de Grecia), neozelandeses (la División 2, con 7.500 hombres), australianos (la 19ª Brigada australiana con unos 6.500 soldados), griegos (11 batallones de 1.000 hombres) y partisanos cretenses (unos 8.000, cuando los informes alemanes indicaban que no habría resistencia por parte de los cretenses)

 

Además, retrasos en el despegue de la mayor parte de los 500 transportes debido a problemas con el polvo generado en las pistas, hicieron que los diversos grupos de paracaidistas fueron lanzados después de darles tiempo a los defensores a reaccionar tras el bombardeo previo. El resultado fue que el primer día murieron la mitad de los oficiales y paracaidistas lanzados.

 

Paracaidistas y cazadores de montaña requisando material en la población de Iraklion abandonada, junto con su estratégico aeródromo, por los británicos tras 9 días de combates.

Los paracaidistas entraron en combate sólo con sus armas ligeras, pistolas y fusiles de asalto, en tanto que los defensores contaban con artillería y carros de combate.

Una flotilla de buques de vela griegos requisados para el transporte de tropas en apoyo de los paracaidistas también había sido hundida por la marina británica.

Controlada la situación en Creta, los combatientes son distinguidos por su comandante con la Cruz de Hierro, antes de efectuar el viaje de regreso. Han sustituido el casco Mº 37/38 por el más liviano 1° modelo de salacot o casco tropical   reglamentario (WH Tropenhelm) en el "DAK" (Deutsches Afrika Korp).

 

La costosa victoria final sólo es achacable a la gran preparación individual de los paracaidistas alemanes que contaban con una alta capacitación con la que fueron capaces de resolver las situaciones más graves.

 

El regreso de Creta

 

Pero el sacrificio de la mayor parte de la selecta fuerza paracaidista sólo sirvió para conquistar una isla estratégica que nunca se llegó a utilizar.

Cuando el dominio del cielo ya estuvo en manos de los aliados, las operaciones importantes fueron imposibles y tan sólo pudieron emplearse pequeños grupos de paracaidistas en acciones puntuales.

Los paracaidistas debieron ser empleados como tropas de tierra, pero las unidades formadas eran de élite, su preparación y veteranía les garantizaba una evidente superioridad incluso sobre las mejores tropas de las SS y las Unidades Especiales aliadas (SAS, Commandos, o grupos especiales rusos). 

 
 

Paracaidistas alemanes emplazando un mortero en una posición de infantería en las cercanías de Sfax, Túnez, en febrero de 1943.

 

Un paracaidista alemán en una posición en las cercanías de Gabés, Túnez, en noviembre de 1942.

 

(**) La aparición de las tropas paracaidistas en la guerra y la sorpresa y brillantez de sus actuaciones, despertó un gran interés en los medios de prensa mundiales.

La prensa española también intentó tener al corriente a sus ávidos lectores.

En los dibujos divulgativos de la prensa española de principios de junio de 1940, el casco de los paracaidistas alemanes resultaba aún desconocido.

Instante en que los soldados se lanzan al vació. Los saltos deben efectuarse a intervalos de cinco segundos...

 

Tras el salto, una pistola especial para bengalas facilita el reagrupamiento en tierra.

(***) Las guarniciones de los cascos anteriores a la guerra eran marcados por lo fabricantes y por la Luftwaffe que añadía el sello de aprobación y año. Era habitual también marcar las tallas. Con la guerra los marcajes se mantuvieron aunque en ocasiones no aparece el sello de aprobación.  A finales de 1942 se introdujo un número de código de fábrica (Reichsbetriebsnummer) que sustituiría el nombre y dirección de los fabricantes. Las tallas continuaron marcándose normalmente.

(****) Los tornillos que sujetaban el barboquejo evolucionaron razonablemente (primeramente se habían utilizado remaches hendidos, los mismos que los utilizados en el casco de combate Mº 35).

Las primeros tornillos estaban perforados con un orificio de aireación de 3,5 mm. y tenían dos pequeños taladros de 2 mm. para ser desatornillados con un destornillador o llave dentada (interiormente tenían tuercas hexagonales) pero no siempre se disponía de la herramienta precisa.

Casco Mº 37 con el águila polaca, utilizado en Polonia después de la guerra por la Milicia Ciudadana (Milicja Obywatelska). Lleva tornillos ciegos con ranura para destornillador. Col: K. Kłoskowski

 
 

Por ello se entregaron posteriormente con ranura para destornillador normal, manteniendo el orificio de aireación. Finalmente hubo tornillos con cabeza ranurada pero ciegos, sin el orificio central (presumiblemente con estos últimos se restauraron muchos de los primeros cascos).

 

Los tres sistemas de cabeza de los tornillos que fueron utilizados progresivamente para el barboquejo y guarnición.

El 1º con orificio de aireación y dos orificios menores para la llave especial, en bronce (posteriormente en acero).

El 2º, entregado durante la guerra, aún con orificio de aireación pero con ranura para destornillador, en aluminio.

Tipo 3º a finales de la guerra, ciegos, sólo con ranura para destornillador, inicialmente fabricado en aluminio y finalmente en acero.

 

(*****) Será la toma de Creta la primera operación de invasión íntegramente desde el aire. Tomada tras 10 largos días de intensos combates, la operación sobre Creta sería la última participación de los paracaidistas alemanes de gran escala. Hitler afirmó que se habían agotado las posibilidades de esas operaciones pues su baza principal era la sorpresa y ese elemento había desaparecido. En adelante mayoritariamente combatieron como tropas de infantería de élite.

El general de aviación Student que estuvo al mando de los cazadores paracaidistas sobre la isla de Creta, charla con los hombres que han tomado Rhetymnon. Sus cascos se cubren con la nueva funda reglamentaria

 

Como en Italia, cerca de Cassino, en el monasterio benedictino de Monte Cassino, una abadía con más de cuatrocientos años de historia, donde su comportamiento en los duros combates fue ejemplar y destacada dentro de los anales de la historia militar.

Iniciada el 17 de enero de 1944, la batalla produjo 11.879 bajas aliadas y 22.000 alemanas en una cruenta penetración hacia Roma que costó 175.000 muertos, de ellos 60.000 alemanes.

 

"Pausa en la batalla de Montecassino", según un dibujo de la revista "Der Fallschirmjäguer"

 

Los paracaidistas atrincherados en las ruinas del monasterio resistieron acometida tras acometida, bombardeo tras bombardeo, sufriendo innumerables bajas (hubo compañía que terminó los combates con un sólo oficial y un único paracaidista, como la 1ª Cia del Regimiento paracaidista 3 en la que sólo quedaban un teniente y un cabo 1º, o la 14ª Compañía mandada por el sargento 1º Karl Schumidt que contaba con un número similar de hombres aptos para el combate, o el Grupo de Meinhardt en el que sólo contaba con dos supervivientes, un suboficial y un cabo 1º) pero rechazando los constantes asaltos causaron mayores pérdidas al enemigo, además de conseguir el objetivo de retrasar el avance aliado.

2 cazadores paracaidistas (Fallschirmjäger) de la Luftwaffe en abril de 1944 defendiendo las ruinas del monasterio de Cassino con una ametralladora MG 4

 

(******) Además de los paracaidistas de la Luftwaffe, también combatieron durante la guerra unidades de paracaidistas del ejército y de la Waffen-SS.

El ejército contó con un reducido número de paracaidistas (entrenados y equipados por la Luftwaffe) que combatió a lo largo de la guerra. El primer pelotón nació integrado en las particulares unidades "Brandeburgo". El pelotón (Zug) se amplió hasta una Compañía en 1941 y a Batallón el 11 de marzo de 1944. Las actuaciones de esta unidad, por las particulares características de las unidades "Branderburgo",  se efectuaban tras las líneas enemigas y en operaciones atípicas. Es difícil seguir la pista de sus calcas al carecerse prácticamente de documentos fotográficos debido al secretismo de sus funciones, aunque la hazaña de la liberación de Mussolini fue perfectamente documentada.

 

Momentos antes del asalto para liberar a Mussolini

En el otoño de 1943 se creó un Batallón de paracaidistas de las Waffen-SS conocido con el número 500, destinado a "operaciones especiales". Esta unidad fue entrenada y equipada por la Luftwaffe en su Escuela de Salto III en Kraljevo (Yugoslavia). Fue reforzada con nuevos efectivos procedentes de la Escuela de Salto de Papa (Hungría). Su primera misión fue un lanzamiento con paracaidistas y planeadores sobre el cuartel general de Tito en Dvar (Yugoslavia). El gran coste en bajas obligó a una nueva reestructuración de la unidad, siendo enviado el batallón a la zona de Kurland en agosto de 1944 y posteriormente a Baden, cerca de Viena. Desde el 14 de octubre se prepararon para un salto proyectado sobre las defensas de Budapest, que nunca llegó a efectuarse. Con su nueva denominación como 600 y tras otra reorganización pasó a las órdenes de Otto Skorzeny para participar en la ofensiva de las Ardenas. A primeros de 1945 lo encontramos reorganizándose en Neu-Strelitz de donde será enviado al frente Este para reforzar la resistencia a la formación de una cabeza de puente rusa en Schwedt-Oder. Permanecieron en el frente Este hasta que en marzo de 1945 fueron replegados, tras una nueva reestructuración, retrocediendo al frente del Oder, cercano a Berlín. Finalmente, tras una lucha constante durante su retirada hacia Hagonow, los 180 supervivientes se entregaron a lo americanos a finales de abril de 1945.

 


FOTO FICHA FOTO FICHA FOTO FICHA FOTO FICHA FOTO FICHA FOTO FICHA FOTO FICHA FOTO FICHA Cascos alemanes

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ALEMANIA

Mº 1916 Mº  Caballª. Mº Turco Mº 1934 1935-40 1938 1942 Mº 37 para
               
FOTO FICHA FOTO FICHA FOTO FICHA FOTO FICHA FOTO FICHA FOTO FICHA FOTO FICHA FOTO FICHA
Mº 35-52 Mº 35-53 Mº 1954 Mº FJ 58 Mº FJ 59 FJ 60 826 56 RDA
               
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Mº 66 RDA 63 RDA Stirnpanzer Tank ACH

 

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